El último caso de las tarjetas opacas de las que durante años los consejeros de Bankia han venido haciendo un uso obsceno es un suma y sigue en la situación de este país, un país que ya es casi indistinguible de la mierda que contiene. Pero es que da lo mismo que mires a donde mires, tienes los ERE´s en Andalucía gracias al PSOE, tienes la Gürtel en Madrid y Valencia gracias al PP, tienes el 3% y a Pujol gracias a CiU en Cataluña....
Pero es que hay más, está la corrupción urbanística en Galicia, están los sindicatos de porquería hasta el cuello en varios lugares de España, está la Iglesia aprovechando resquicios legales para cosas tan peregrinas como inscribirse bienes de valor incalculable en los registros, a unos precios bastante inferiores a los que a cualquiera le costaría inscribir su casa, tienes las cajas de ahorro que han sido durante años la cueva de Alí Babá, tienes los altos cargos de la judicatura tan politizados que solo les falta la escarapela con el logo del partido... tienes... tienes... tienes... si, seguramente tienes ganas de vomitar, porque total, apuntes donde apuntes es imposible manchar nada más de lo que ya lo está.
Pero vamos a no engañarnos. Todo esto no es nuevo y como el meme de Julio Iglesias, lo sabes. En este país se ha venido robando desde tan antiguo que sorprende que aún quede una sola persona que se dedique a la cosa pública que sea medio decente. Y como muestra solo daré un botón, que si bien puede no ser definitorio si que será al menos ilustrativo.
Yo he tenido la suerte de estudiar una carrera interesante, Historia, que me ha puesto delante de los ojos una gran variedad de comportamientos que se repiten cíclicamente en todos los periodos y regiones del mundo. Así, he podido ver la épica, la deshonra, el valor, la mediocridad, la valía y el miedo de muchas maneras distintas pero en el fondo, iguales.
Pero es que además tuve la inmensa suerte de estudiar Historia en Sevilla. Cuando estaba en 4º y durante una temporada, aproveché algunas clases que no me interesaban nada (hoy sigo sin arrepentirme) para llegarme al Archivo General de Indias que estaba muy cerca de la facultad. Allí, entre otras cosas que no vienen al caso, dí casi por casualidad con un legajo del siglo XVII en el que se narraban las dificultades de un emprendedor de la época. Vereis como la historia os resulta... familiar.
La cosa es que este hombre marchó a las posesiones españolas en el Caribe y decidió que allí iba a montar una empresa para la cría de ostras para la obtención de perlas. El tocho de texto que abarcaba más de cincuenta páginas era un rosario de quejas, llantos, desesperación y abatimiento hecho papel, pues a lo largo de todas esas páginas se narraban las dificultades de aquel hombre.
Con una pormenorización que aún hoy sonrojaría hasta a un político, el escribano nos iba contando todo a lo que este hombre hubo de enfrentarse. Mordidas de los funcionarios de aduana, sobreprecios en los los permisos necesarios, papeleo, retrasos intencionados provocados por intereses de competidores bien posicionados, un cura corrupto que también quería lo suyo, marineros de la flota de Indias que no iban a ser menos, untamiento preceptivo a las autoridades judiciales, el ejército, el alcalde...
Lo cierto es que como el legajo era la instrucción de la causa, desconozco el fin de la historia pero bien puedo hacerme una idea de lo que pasaría. Todos esos políticos y gestores de lo público cobrarían su parte hasta que la solvencia de aquel hombre diera para ello y una vez asentado, él mismo se pasaría al lado oscuro para hacer con el recién llegado lo sufrido en sus propias carnes apenas unas fechas antes y así al menos, recuperar parte de lo gastado y no ingresado de forma limpia.
En fin, con todo esto lo que quiero hacer ver es que la corrupción política no es algo nuevo para nosotros. En España estamos alcanzando cotas de corrupción tan elevadas que no creo que se pueda hablar de algo coyuntural, creo que se ha convertido en algo estructural de esta sociedad y sus "representantes". Cada día nos parecemos más a la España del siglo XVII, la del Barroco, una administración y burocracia que estaban no ya corruptas, sino abyectamente podridas hasta el mismísimo tuétano.
En una próxima ocasión tal vez os cuente la historia de Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, I Duque de Lerma (1553-1625), uno de los personajes más corruptos e inteligentes que ha tenido España y que por lo primero (que no por lo segundo) no desentonaría entre nuestras clase política y gestora en pleno siglo XXI.
Hoy en día miro a mis hijas a los ojos y me da una pena infinita por ellas que tengan el país que tienen y en el que van a crecer. Por eso voy a intentar inculcarles que se esfuercen, que estudien y espabilen, que aprovechen todo lo bueno que haya aquí para que cuando llegue la hora puedan marcharse a otro país y devolver allí, a otra sociedad, todo lo que hayan recibido de la nuestra, una sociedad y un país que si merezca lo que un país merece.
Hace muchos años me dijeron que cada pueblo tiene los gobernantes que se merece.
Nunca he estado de acuerdo con esa frase.
Ya no estoy seguro.




Gran verdad, yo también empiezo a dudarlo. Gran blog fernando, te felicito.
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