Si un extraterrestre viniera a España
(que estaría gracioso) y nos hubiera observado durante la última semana
probablemente pensaría algo como esto:
qaStaH nuq? jIyajbe',
Heghlu'meH QaQ jajvam
que para quien no lea klingon
básicamente es
“¿Qué coño pasa aquí?
no entiendo nada pero da igual, hoy es un buen día para morir”
Y acto seguido nos exterminarían
con sus torpedos fotónicos. Y no tendríamos derecho a quejarnos porque lo de
este país durante los últimos siete días ha sido un carajal de talla notable.
El ébola ya no es una amenaza
lejana que vemos por la tele arrasando países que la mayoría de la gente no
sabría ubicar en el mapa ni a la tercera. Nop. Está aquí, lo tenemos seguro en
un hospital de la capital y quién sabe si por ahí habrá más casos incubándose
en cuerpos ajenos al proceso. En cualquier caso eso es algo que se revelará
cierto o no en breves fechas.
Tenemos un presidente del
gobierno desaparecido en combate, bueno no, de vez en cuando aparece a dar una
rueda en un plasma, ¡que salao es el jodío! Pero seamos justos, hoy mismo,
viernes a mediodía, ha dado en la puerta del Carlos III una rueda de prensa en
la que… perdón, disculpas, no era rueda de prensa sino comunicado oficial, lo
que básicamente viene siendo convocar a todos los medios para que difundan tu
mensaje de propaganda sin permitirles hacerte preguntas, que todos sabemos que
las preguntas las carga el Diablo y en el fondo la curiosidad mató al gato. En cualquier
caso, Rajoy puede ir con la cabeza bien alta porque en Milán, “sus colegas” ya
le han dicho que lo está haciendo de puta madre y que es un crack de lo suyo,
que es lo que cuenta. Por si fuera poco, le ha endiñado el marrón de supervisar
todo esto a la pobre Soraya, la vicepresidenta. Porque como es un asunto menor
bien puede hacerlo ella y es que se rumorea que este finde en Eurosport tienen
una programación de lo más entretenida, todos sabemos lo que le mola el deporte
a nuestro presi.
Tenemos una ministra de Sanidad
que está hasta el cuello de mierda por casos de corrupción y que se ha revelado
de una incompetencia tan colosal que más parece un personaje de ciencia ficción
mala que la gestora de, nada menos, la sanidad pública de un país de casi
cincuenta millones de personas. Eso si, de confeti la tipa entiende que es un
gusto.
Tenemos un consejero de Sanidad
de Madrid tan sobrao y tan inútil casi, casi, casi como la ministra. Este tipo,
que según dice es médico, tiene en contra a todos los médicos que han hablado
del tema pero no pasa nada, si tiene que dimitir ya sabemos que tiene la vida
resuelta y el bolsillo lleno.
Tenemos una prensa conservadora
que ensalza, y con razón, la figura de un misionero que dedicó su vida a ayudar
a los que no podían ayudarse a sí mismos y al mismo tiempo critican hasta la náusea
a una enfermera que se ofreció voluntariamente para atender a alguien que lo
necesitaba, si, el misionero, y a resultas de aquello ha quedado contagiada.
¡Pero oiga!, es que la tía era una torpe y ya se sabe, en el pecado lleva la
penitencia (#mandacojones)
Tenemos una población enloquecida
e hipermovilizada por un perro. Y seamos francos, en todo este asunto hay cosas
más graves por las que movilizarse que por el sacrificio gratuito de un animal,
aunque a esto no le quito la importancia que tiene, solo la reubico en su
sitio. El pobre animal se ha ido al otro barrio sin sentir ni padecer porque aún
desconocemos si estaba infectado, en cuyo caso debería haber sido estudiado por
ver que revelaba en lugar de sacrificarlo. Pero bueno, esto es España y eso
sería hacer bien las cosas, líbrenos el Señor de acertar alguna vez.
Y finalmente tenemos una Sociedad
Española de Virología, gente muy preparada y conocedora como poca realmente de
todo lo que se está hablando que aún no ha sido no ya consultada, sino siquiera
convocada a dar consejo. Su presidente ha dicho esta mañana que ha llamado al
ministerio y se ha ofrecido, pero que le han contestado que le agradecen el
gesto y que “lo tendrán en cuenta” o.O
Yo no estoy preocupado, confío en
el personal sanitario español con fe ciega y sé que esto no tiene pinta de ir
mucho más allá. Confío también aunque algo menos, en la gente, en que sepan
mantener la calma y sean lo suficientemente maduros para dar a cada cosa su
valor, los aciertos que haya y los errores, que son muchos, que se estén
produciendo en este asunto.
En quien no confío nada es en los
políticos que tenemos, por miserables, cínicos, mediocres, ausentes, incapaces,
egoístas, traidores y espantados.
Para acabar, todo esto me ha
recordado un soneto que tiene ya sus buenos cuatrocientos años pero que describe
a la perfección lo que ha de venir. Llegará el tiempo de dar explicaciones pero
no digo ya a la ciudadanía sino a un tribunal mucho más severo, la Historia,
que juzga de forma terrible y pone a cada cual en la casilla que le toca. Y me
da a mi que se en qué casilla va a meter
a toda esta fauna.
Aquí tenéis la incertidumbre y el
desasosiego ante un juicio. Aquí tenéis el Barroco hecho palabra.
Fray Miguel de
Guevara
(c.1585-c.1646)
Pídeme de mí mismo el
tiempo cuenta;
si a darla voy, la
cuenta pide tiempo:
que quien gastó sin
cuenta tanto tiempo,
¿cómo dará, sin
tiempo, tanta cuenta?
Tomar no quiere el
tiempo tiempo en cuenta,
porque la cuenta no
se hizo en tiempo;
que el tiempo
recibiera en cuenta tiempo
si en la cuenta del
tiempo hubiera cuenta.
¿Qué cuenta ha de
bastar a tanto tiempo?
¿Qué tiempo ha de
bastar a tanta cuenta?
Que quien sin cuenta
vive, está sin tiempo.
Estoy sin tener tiempo
y sin dar cuenta,
sabiendo que he de
dar cuenta del tiempo
y ha de llegar el
tiempo de la cuenta.





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