OLYMPIA
Mirando en tu pupila al fin
comprendo
el milagro de amor de las
esferas,
me asaeteaste el corazón pues
sus troneras
no quisieron detenerte, y yo lo
entiendo.
Eres mi sol, mi guía, mi luz,
mi sordo estruendo,
pues sabes hacer de mi lo que
tú quieras,
ríndese mi voluntad a tus
banderas,
no quiere defenderse, y yo lo
entiendo.
Fuiste el regalo precioso y más
bonito
que el Cielo pudo hacerme, y de
esta guisa,
quiero ahogarme en tu pupila
sin un grito,
y vagar por la vida ya sin
prisa,
desechando lo que ya no
necesito.
Sin buscar otro sonido que tu
risa.
2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario